Hace años era muy fácil leer acerca de todas las diferencias que nos separan de los animales. Poco a poco, esas diferencias que parecían tan claras se han ido desmoronando. Parece que los últimos estudios continúan esa tendencia: varios experimentos sugieren que los animales tienen memoria episódica e imaginan el futuro, como los seres humanos.
¿Crees que los nuevos estudios han sido hechos con monos? Pues no: los que más me han impresionado (fuentes al final) son los hechos con una especie de arrendajo. Estos pájaros han sido elegidos porque cada año esconden miles de trozos de comida, y recuerdan dónde han escondido cada uno.
Western scrub jay (especie utilizada en el estudio). Crédito: Wikipedia.
Muchos psicólogos comparativos afirmaban que los animales no pueden tener memoria episódica, el tipo de memoria en el que no recuerdas sólo un lugar o una imagen, sino a tíimismo en esa situación, porque la mayor parte de los animales no tienen conciencia de sí (cada vez me planteo más si esto es otra presunción por nuestra parte).
Los experimentos con arrendajos han sido realizados por la Dra. Nicola Clayton, de la Universidad de Cambridge. En el primer estudio, la doctora dio a un grupo de estos pájaros dos tipos de comida: larvas y frutos secos. Cuando las larvas son frescas, los arrendajos prefieren comer larvas (¿es que tú no?), pero cuando ha pasado un tiempo, prefieren los frutos secos porque se conservan mejor. La doctora dejó que los arrendajos escondieran la comida, y después los devolvió a sus jaulas.
Un grupo de arrendajos fue liberado en cuatro horas, y el otro en cinco días. Casi todos los miembros del primer grupo fueron directos a los sitios en los que habían escondido las larvas, y los del segundo grupo fueron a por las nueces. De acuerdo con la Dra. Clayton, no es posible esto sin recordar no sólo el lugar del escondite sino la experiencia de esconderlo: memoria episódica. Además, los arrendajos no se comportan igual cuando, al esconder comida, son observados: si hay otro pájaro cerca mirando, a las pocas horas suelen volver al escondite, sacar la comida y llevársela a otro sitio. En mi humilde opinión (aunque yo ya estaba convencido), está bastante claro que se recuerdan escondiendo la comida. Podemos discutir sobre lo que es instinto o no, pero no podemos saber qué pasa dentro de su mente, y su comportamiento es muy parecido al nuestro a ese respecto. Sin embargo, hay psicólogos que siguen sin estar convencidos de que este experimento demuestre nada.
Pero más interesante aún es el estudio realizado para ver si los arrendajos pueden planear para el futuro (algo que es aún más controvertido, excepto en algunos tipos de monos). La Doctora creó un conjunto de tres habitaciones. Cada mañana, un pájaro era encerrado en una de dos habitaciones durante dos horas: en la primera habitación no se le daba desayuno, en la otra había frutos secos pulverizados (que el pájaro puede comer pero no esconder). Las dos habitaciones eran siempre las mismas. El resto del día, el pájaro podía volar por las tres habitaciones, y se le daban frutos secos enteros y pulverizados. De manera que, si el pájaro puede “ver el futuro” como nosotros, ¿qué haría?
Los arrendajos hicieron lo siguiente, después de un par de días para comprender lo que estaba pasando: durante el día, comían las nueces pulverizadas y escondían las enteras. Pero no sólo eso: escondían casi todas las nueces en la habitación “sin desayuno”. Los arrendajos sabían que, si la mañana la pasaban en la habitación “buena”, no pasaba nada, pero planeaban la otra eventualidad y se preparaban para ella. Incluso los psicólogos más escépticos están, al menos, interesados en estos estudios y quieren realizar más.
Fuente: The New York Times