El Tamiz

Antes simplista que incomprensible

Inventos ingeniosos - El airbag

En la serie Inventos ingeniosos recorremos objetos de la vida cotidiana en los que no solemos pensar a menudo. Tratamos de mostrar cómo a veces olvidamos las cosas que tenemos delante, considerando interesante sólo el aprender sobre complicadas teorías o descubrimientos: muy a menudo existen cosas realmente curiosas delante de nuestros ojos, aunque algunas de ellas –como el invento de hoy– funcionan tan deprisa que es imposible verlas actuar sin ayuda.

Airbag

En la entrega de hoy hablaremos sobre una que es realmente sencilla en su concepto básico, pero que –como veremos– tuvo que sortear problemas de todo tipo para llevarse a la práctica: el airbag. ¿Piensas (erróneamente) que un airbag se infla con aire comprimido? ¿Sabías que, si tu coche tiene airbag, llevas un detonador delante de los morros, o que inicialmente se probaron con jaulas de canarios? ¿Sabes por qué es peligroso sentar niños pequeños en el asiento delantero con el airbag activado? Recorramos juntos la historia de esta ingeniosa invención.

Falacias - El efecto invernadero II (calentamiento global)

En la serie Falacias tratamos de desmontar mitos e ideas falsas más o menos extendidas utilizando el razonamiento lógico cuando es posible. Por cierto, si no conoces esta serie y piensas que el nombre de “Falacias” es incorrecto porque esa palabra tiene un significado diferente en el DRAE, o bien crees que me las doy de iluminado y nadie cree estas cosas, te pido que leas la descripción de la serie antes de seguir.

Hoy continuamos desmontando ideas falsas relacionadas con el efecto invernadero. En la entrega anterior de la serie hablamos acerca del nombre de este efecto y por qué es desafortunado (aunque sea ya inevitable que nos acostumbremos a él, porque probablemente no cambie a estas alturas). En aquel artículo explicamos, además, en qué consiste básicamente el efecto invernadero – pero hoy lo repetiremos, porque su naturaleza es esencial para desmontar la Falacia de hoy.

La afirmación falsa de esta segunda parte sobre el efecto invernadero es la siguiente: El efecto invernadero es lo mismo que el calentamiento global, es decir, el hecho de que la temperatura media de la Tierra haya aumentado durante las últimas décadas y tal vez siga haciéndolo en el futuro. Como consecuencia de esta falsa idea, suele añadirse a menudo (explícita o implícitamente) una segunda: El efecto invernadero es malo.

Absurdo.

Phoenix encuentra hielo

No voy a extenderme demasiado, pero no puedo dejar de mencionar esta noticia: la sonda Phoenix ha encontrado agua congelada. La importancia de esto no es tanto que sea sorprendente, sino más bien todo lo contrario: las estimaciones de la NASA eran, como mencionamos en la “disección” de Phoenix, que la sonda probablemente encontraría hielo a una profundidad relativamente pequeña. De no haber sido así, una parte importante de la misión hubiera sido un fracaso – lo que esta noticia significa es que los científicos tenían razón y la misión tiene muy buena pinta.

Hielo Phoenix

Imágenes de “Dodo-Ricitos de Oro” tomadas el 15 y el 19 de Junio. [Versión a 1071x1200](http://www.nasa.gov/images/content/253234main_sol_020_024_change_dodo_v3.jpg “”). Crédito: NASA/JPL-Caltech/University of Arizona/Texas A&M; University.

Esas maravillosas partículas - Los WIMPs

Continuamos hoy nuestro recorrido por el mundo de las partículas subatómicas en la serie Esas maravillosas partículas. En el último artículo de la serie hablamos acerca de la materia oscura que, como recordarás si leíste el artículo, es la forma chic de decir “cosas que pensamos que están ahí pero no tenemos ni idea de lo que son ni las podemos ver”.

En aquella entrada decíamos que existen dos posibilidades para explicar la materia oscura, si realmente hay algo ahí fuera que no vemos: una posibilidad es la materia oscura bariónica, fundamentalmente en forma de MACHOs (Massive Astrophysical Compact Halo Objects, Objetos Astrofísicos de Halo Masivos y Compactos). De esa posibilidad hablamos en el artículo anterior; es la menos interesante puesto que no requeriría de partículas subatómicas exóticas. Sin embargo, también espero que recuerdes que dijimos entonces que el nombre de MACHO era una broma debida al nombre de las partículas más representativas de la segunda posibilidad, la materia oscura no bariónica. De ellas hablaremos en la entrada de hoy: los WIMPs.

La caja de Bertrand

Hace varios meses que tenemos abandonados a los malvados alienígenas matemáticos y sus paradojas relacionadas con el infinito, las probabilidades y demás zarandajas, de modo que ya es hora de dedicarles un artículo. Espero que algún día esto se convierta en una serie propiamente dicha, y tal vez –como alguien sugirió en algún artículo anterior– en un libro de historietas de ciencia-ficción mezcladas con humor negro y que hagan pensar.

Por si has llegado recientemente a El Tamiz, en estos artículos atacamos algún asunto matemático interesante pero de un modo algo peculiar: a través de una raza de alienígenas malvados y horribles, dotados de una inteligencia sobrehumana y capaces de realizar cálculos a una velocidad infinita. En algunos artículos, como en Cuántos corredores hay en la carrera, La paradoja de Monty Hall o La lámpara de Thomson, los alienígenas te han capturado y te someten a algún experimento probabilístico; en el último, La paradoja de Benardete, relatamos una de las historias tradicionales que los alienígenas cuentan a sus babosos hijos cuando se van a dormir. Se trata de artículos para hacer pensar, pero no son del gusto de todos los lectores – muchos no llegan a conclusiones claras, están teñidos de humor negro y son de un estilo algo diferente a la mayoría de las otras entradas. De modo que estás avisado.

Puesto que hace bastante del último artículo, antes de publicar uno realmente denso vamos a desengrasar las neuronas con un par de ellos relativamente sencillos. El de hoy está relacionado con el de Monty Hall: si leíste aquél, éste no debería ser muy complicado de resolver correctamente.

Dicho esto, hoy hablaremos acerca de una de las paradojas clásicas de probabilidad, propuesta por primera vez por el matemático francés Joseph Louis François Bertrand en 1889, y que por lo tanto se suele denominar Paradoja de la caja de Bertrand. Naturalmente, la describiré en términos de alienígenas antropófagos, pues ¿qué mejor motivación para resolver un enigma matemático que la posibilidad de acabar en uno de los estómagos de un alienígena monstruoso y ser digerido durante varios días? Vamos con ello.